Tirada en mi cama miro hacia el frente,
Esta comenzando el día, veo una luz tenue en la ventanilla,
Escucho las aves que suelen pararse en los
Árboles para cantarle a la mañana,
Empiezo a recordar los pendientes que tengo
En el trabajo, la gente a la que tengo que atender,
Intento olvidar esos problemas y lo único que me conforta, es
La personita que esta aún lado de mi, lo veo ahí, durmiendo,
acaricio su cabello, sus suaves mejillas,
Le doy un beso en la frente, miro su inocencia, esa que
Me hace recordar que aún existen las almas buenas,
Las almas limpias, y que los Ángeles si existen,
miro esa tranquilidad con la que descansa,
Confiando en mi, sabiendo que estoy ahí para él, que no esta solo,
Miro cuando comienza a despertar, me mira con esos ojos que
Me quiebran el alma, y sin que aún yo no le diga nada, me sonríe, con sus labios y con su mirada, como dándome las gracias por cuidarlo,
No hay mañana que no le agradezca a Dios por habérmelo dado,
Por permitirle a mis ojos el volver a verlo, aunque sean unas pocas horas del día, y no hay noche, que no le pida por él,
Por que me lo acompañe en sus sueños, y que me permita despertar nuevamente a su lado, para volver a mirar esos ojos, esa sonrisa,
Y esa mirada que me quebranta el alma, y que me llena de luz, de esperanza,
que me llena de Suficiente Bateria para enfrentar al mundo.